martes, 26 de mayo de 2015

El Marqués de Santillana y Jamilena

Íñigo López de Mendoza, marqués de Santillana (1398-1458) fue un poeta español del siglo XV y una de las figuras más relevantes de la corte del rey Juan II de Castilla. Pero aun siendo todo esto importante su fama se la debe a las letras. De hecho, cultivó diversos géneros y estilos, canciones, serranillas, sonetos, composiciones satíricas políticas y religiosas o poemas didácticos y alegóricos.
 
De todas sus obras una obra muy personal del marqués de Santillana son las serranillas que arrancan de la tradición popular de los cancioneros galaico-portugueses y del valorado escritor Arcipreste de Hita, pero que él transforma con gracia y elegancia incluyendo retratos paisajísticos resultado de sus viajes por la península Ibérica: sierra del Moncayo, Lozoyuela (en la sierra de Guadarrama), la sierra de Jaén; en estos paisajes se describe con pinceladas localistas el tema del encuentro amoroso de un viajero con una pastora; el diálogo ingenioso hace de estas composiciones lo más refinado de la poesía del siglo XV español.
 
La importancia que éste autor tiene para Jamilena está en que él fue el primero en reflejar el nombre de Jamilena en una obra literaria. Sin embargo, llegados a este punto es preciso hacer una breve introducción para entender mejor el tema. D. Íñigo López de Mendoza fue nombrado Capitán en 1436 y encargado de la defensa de la frontera del Reino de Castilla y el de Granada. Fue, de hecho, en 1438, durante la campaña de Huelma, cuando probablemente compuso la Serranilla IV en la que se cita un tal Miguel de Jamilena, el cual al frente de un grupo de combatientes (“los de Pegalajar”), participa en la lucha contra el reino musulmán de Granada. Dichos versos dicen así:
 
Respondióme: “No curedes,
señor, de mi compañía;
pero graçias e merçedes
a vuestra grand cortesía;
ca Miguel de Jamilena
con los de Pegalajar
son pasados atajar,
vos tornad en ora buena”.