Dedicado a mi compañero de crónica
Manuel Medina Casado, Cronista Oficial de Lopera
Uno
de los hechos más curiosos
de la historia de Jamilena durante el siglo XX fue el apoyo que el
entonces ayuntamiento republicano dio al
fallido proceso autonómico andaluz que
se realizó en aquellos años convulsos y de cambio.
Y es que la posibilidad que abrió la constitución republicana de
1931 de conceder cierta autonomía política a las regiones
españolas, hizo que en Andalucía surgieran las primeras
asociaciones andalucistas. De ese movimiento partiría lo que después
sería el anteproyecto de Estatuto andaluz, tras su aprobación por
las diputaciones andaluzas el 26 de febrero de 1932, en el que se
proponía una descentralización administrativa, muy parecida a la de
una mancomunidad.
Jamilena por entonces era un pequeño
de unos 3.500 habitantes, donde al igual que la densidad poblacional
estaba suponiendo un grave problema de paro agrario motivado por la
Ley de Términos Municipales impulsada por el ministro socialista de
Trabajo, Largo Caballero. Una ley que impedía a los obreros
agrícolas de un término municipal reducido, con pequeñas
explotaciones y escasas oportunidades laborales como Jamilena a salir
a trabajar a términos municipales cercanos como Torredonjimeno,
Martos, Torredelcampo, etc., obligándolos a hacerlo dentro de su
término municipal. Dicho problema traía de cabeza al nuevo gobierno
municipal salido de las elecciones municipales de abril de 1931, que
habían traído la proclamación de la Segunda República, y que
estaba compuesto por liberales y centristas, vinculados a partidos
derechistas. Gobierno local que ya en sus primeros meses de
funcionamiento vio síntomas de debilidad a causa de la ausencias
prolongadas del que fuera entonces alcalde republicano, José Garrido
Jiménez, quien alegaba motivos de salud. Por tal motivo, entre
septiembre de 1932 y junio de 1933, el cargo de alcalde en funciones
pasó al entonces primer teniente de alcalde, Antonio Pérez Damas (abajo en la imagen),
un labrador vinculado a los postulados del movimiento conservador
agrario.
La primera
referencia a ese apoyo al autonomismo andaluz lo tenemos el
22 de octubre de 1932 en la sesión de pleno ordinario del
Ayuntamiento de Jamilena, donde
como
primer punto del orden del día se daba lectura a una circular en la
que se invitaba al consistorio a elegir un representante que
asistiera a la Asamblea de Diputaciones que iba a celebrarse en
Córdoba para tratar el asunto del Estatuto de Autonomía de
Andalucía. Tras la misma el alcalde, Antonio
Pérez,
y los seis concejales asistentes estimaban “de
absoluta conveniencia coadyubar á ese acto que puede envolver
verdadera trascendencia para la vida político-administrativa de la
Región”,
prestando a continuación su “adhesión
entusiasta”
y señalando que ante la mala situación de la hacienda municipal no
podían nombrar un representante local para participar en dicha
asamblea. Por ello, acordaban conferir al que fuera presidente de la
Diputación Provincial de Jaén dicha representación “legal,
amplia y bastante cuanta fuere necesaria para que sus acuerdos
cuenten con el voto de esta Municipalidad”.
Sin embargo, a
pesar de que en la Asamblea de Córdoba celebrada en enero de 1933 se
aprobaron unas bases para el Estatuto autonómico andaluz, alejadas
del anterior anteproyecto y muy cercanas los estatutos catalán y
gallego, hecho éste que no gustó a los representantes de Jaén,
Granada y Almería, que, finalmente, abandonaron la asamblea.
En este
sentido cabe decir que el Ayuntamiento de Jamilena, con su alcalde
Antonio Pérez al frente, siempre dejó claro que estaban por la
labor de apoyar el proceso autonómico andaluz. Es más, al igual que
en muchos municipios de Andalucía, en el pleno de ordinario del 5 de
diciembre de 1932 el consistorio se sumará a la propuesta impulsada
por el joven alcalde de Cádiz, Manuel de la Pinta, de crear una
Federación de Municipios Andaluces, que sirviera para una concepción
municipalista del Estatuto de Andalucía. Así señalaba que tras
serle remitida una circular del primer edil gaditano sobre tal
asunto, el Ayuntamiento “acordó
de conformidad por creerlo beneficioso a los intereses generales,
siempre que no represente gasto alguno”,
respondiendo en ese sentido el alcalde de Jamilena a su homólogo de
Cádiz. Dicho apoyo fue importante pues cabe señalar que en 1934, a
instancias de dicha federación, se constituyó una Junta de Acción
Andalucista, de la que salió la comisión que redactó el primer
Estatuto andaluz, basado en el borrador que se había aprobado en la
Asamblea de Córdoba.
Visto todo
esto, no sabemos si ese apoyo al fallido proceso autonómico andaluz
siguió pues en las actas municipales no volvió a dejar constancia,
no sabemos si por falta de apoyo de los sucesivos alcaldes
republicanos tanto derechistas como izquierdistas, o bien porque el
mismo no se consideró lo suficientemente importante, u otra
circunstancia. No obstante, lo cierto es que ese apoyo a ese primer
autonomismo andaluz quedó palpable por parte de las autoridades
locales de 1932, y casi
medio siglo después seguía latente cuando en el
Referéndum
sobre el Estatuto de Autonomía de Andalucía que se celebró el 20
de octubre de 1981, el
93,59% de
los vecinos que participaron en el mismo daban un rotundo
“Sí”
a nuestra actual autonomía.
José Carlos Gutiérrez Pérez, Cronista Oficial de Jamilena