jueves, 3 de febrero de 2022

El día de San Blas en Jamilena

La festividad de San Blas en Jamilena es muy antigua. Como en muchas localidades de España, se celebra el tradicional 3 de febrero de cada año en honor a San Blas de Sebaste, un médico, obispo y mártir cristiano que vivió entre los siglos III y IV. Al mismo se le considera patrono de los enfermos de garganta y de los médicos otorrinolaringólogos.

De ahí, que la tradición en nuestro pueblo, y otros lugares de España, dice que comer las típicas roscas, que para este día elaboran los hornos de pan y que son bendecidas este día de San Blas en la parroquia, alivia los dolores y afecciones de garganta. Incluso las personas más mayores solían decir que era obligatorio comerse toda la rosca y no dejar ninguna miga, pues si quedaba alguna de estas migas, pecabas.

 

Grastronómicamente, las roscas de San Blas entraban dentro de los grandes hartazgos de comida que comenzaban en Navidad y seguían por San Antón, la Candelaria, San Blas, hasta llegar al Carnaval. Una festividad la del Carnaval, donde tras comerse los típicos cocidos o pucheros de Carnaval, que en Jamilena se acompañaban de las tradicionales pellas o rellenos, se pasaba al ayuno y abstinencia propios del tiempo cuaresmal.

Por ese motivo, cada 3 de febrero los vecinos de Jamilena adquieren sus roscas de San Blas, y bien ellos o los panaderos de la localidad se acercan a la iglesia parroquial para esas roscas sean bendecidas en honor al santo.


José Carlos Gutiérrez Pérez, Cronista Oficial de Jamilena

jueves, 27 de enero de 2022

El apoyo de Jamilena al fallido primer proceso autonómico andaluz

Dedicado a mi compañero de crónica

Manuel Medina Casado, Cronista Oficial de Lopera

 

Uno de los hechos más curiosos de la historia de Jamilena durante el siglo XX fue el apoyo que el entonces ayuntamiento republicano dio al fallido proceso autonómico andaluz que se realizó en aquellos años convulsos y de cambio. Y es que la posibilidad que abrió la constitución republicana de 1931 de conceder cierta autonomía política a las regiones españolas, hizo que en Andalucía surgieran las primeras asociaciones andalucistas. De ese movimiento partiría lo que después sería el anteproyecto de Estatuto andaluz, tras su aprobación por las diputaciones andaluzas el 26 de febrero de 1932, en el que se proponía una descentralización administrativa, muy parecida a la de una mancomunidad. 

 

Jamilena por entonces era un pequeño de unos 3.500 habitantes, donde al igual que la densidad poblacional estaba suponiendo un grave problema de paro agrario motivado por la Ley de Términos Municipales impulsada por el ministro socialista de Trabajo, Largo Caballero. Una ley que impedía a los obreros agrícolas de un término municipal reducido, con pequeñas explotaciones y escasas oportunidades laborales como Jamilena a salir a trabajar a términos municipales cercanos como Torredonjimeno, Martos, Torredelcampo, etc., obligándolos a hacerlo dentro de su término municipal. Dicho problema traía de cabeza al nuevo gobierno municipal salido de las elecciones municipales de abril de 1931, que habían traído la proclamación de la Segunda República, y que estaba compuesto por liberales y centristas, vinculados a partidos derechistas. Gobierno local que ya en sus primeros meses de funcionamiento vio síntomas de debilidad a causa de la ausencias prolongadas del que fuera entonces alcalde republicano, José Garrido Jiménez, quien alegaba motivos de salud. Por tal motivo, entre septiembre de 1932 y junio de 1933, el cargo de alcalde en funciones pasó al entonces primer teniente de alcalde, Antonio Pérez Damas (abajo en la imagen), un labrador vinculado a los postulados del movimiento conservador agrario. 


 

La primera referencia a ese apoyo al autonomismo andaluz lo tenemos el 22 de octubre de 1932 en la sesión de pleno ordinario del Ayuntamiento de Jamilena, donde como primer punto del orden del día se daba lectura a una circular en la que se invitaba al consistorio a elegir un representante que asistiera a la Asamblea de Diputaciones que iba a celebrarse en Córdoba para tratar el asunto del Estatuto de Autonomía de Andalucía. Tras la misma el alcalde, Antonio Pérez, y los seis concejales asistentes estimaban “de absoluta conveniencia coadyubar á ese acto que puede envolver verdadera trascendencia para la vida político-administrativa de la Región”, prestando a continuación su “adhesión entusiasta” y señalando que ante la mala situación de la hacienda municipal no podían nombrar un representante local para participar en dicha asamblea. Por ello, acordaban conferir al que fuera presidente de la Diputación Provincial de Jaén dicha representación “legal, amplia y bastante cuanta fuere necesaria para que sus acuerdos cuenten con el voto de esta Municipalidad”. 


Sin embargo, a pesar de que en la Asamblea de Córdoba celebrada en enero de 1933 se aprobaron unas bases para el Estatuto autonómico andaluz, alejadas del anterior anteproyecto y muy cercanas los estatutos catalán y gallego, hecho éste que no gustó a los representantes de Jaén, Granada y Almería, que, finalmente, abandonaron la asamblea. 

 

En este sentido cabe decir que el Ayuntamiento de Jamilena, con su alcalde Antonio Pérez al frente, siempre dejó claro que estaban por la labor de apoyar el proceso autonómico andaluz. Es más, al igual que en muchos municipios de Andalucía, en el pleno de ordinario del 5 de diciembre de 1932 el consistorio se sumará a la propuesta impulsada por el joven alcalde de Cádiz, Manuel de la Pinta, de crear una Federación de Municipios Andaluces, que sirviera para una concepción municipalista del Estatuto de Andalucía. Así señalaba que tras serle remitida una circular del primer edil gaditano sobre tal asunto, el Ayuntamiento “acordó de conformidad por creerlo beneficioso a los intereses generales, siempre que no represente gasto alguno”, respondiendo en ese sentido el alcalde de Jamilena a su homólogo de Cádiz. Dicho apoyo fue importante pues cabe señalar que en 1934, a instancias de dicha federación, se constituyó una Junta de Acción Andalucista, de la que salió la comisión que redactó el primer Estatuto andaluz, basado en el borrador que se había aprobado en la Asamblea de Córdoba.


Visto todo esto, no sabemos si ese apoyo al fallido proceso autonómico andaluz siguió pues en las actas municipales no volvió a dejar constancia, no sabemos si por falta de apoyo de los sucesivos alcaldes republicanos tanto derechistas como izquierdistas, o bien porque el mismo no se consideró lo suficientemente importante, u otra circunstancia. No obstante, lo cierto es que ese apoyo a ese primer autonomismo andaluz quedó palpable por parte de las autoridades locales de 1932, y casi medio siglo después seguía latente cuando en el Referéndum sobre el Estatuto de Autonomía de Andalucía que se celebró el 20 de octubre de 1981, el 93,59% de los vecinos que participaron en el mismo daban un rotundoSí” a nuestra actual autonomía.

 

José Carlos Gutiérrez Pérez, Cronista Oficial de Jamilena